NUESTRA HISTORIA

Desde su implantación en sus inicios en los años 40 en la calle San Lorenzo, en plena Alcazaba árabe, hasta hoy, instalada en el polígono industrial «El Nevero», el nombre de Ramón López García ha desempeñado un papel fundamental. Sus 50 años en la empresa son todo un aval. Dieciocho como empleado y el resto como máximo responsable de la fábrica permiten hablar de él como un profesional en la fabricación de hielo.

Desde que Ramón López García comenzara a trabajar en la fábrica, hasta hoy día, han cambiado muchas cosas. Desde el transporte del hielo, en un carrito manual, hasta los actuales y modernos sistemas de fabricación y distribución, hace considerarnos como una empresa extremeña moderna adaptada a los tiempos actuales.

Dirigida en la actualidad por los hermanos López Casas, la FABRICA DE HIELO NORTE se ha convertido en la empresa de referencia en el sector de la fabricación, distribución y venta de hielo en Extremadura, en constante renovación de servicios y productos, según las nuevas demandas del mercado.

Gracias a la confianza de nuestros clientes y al trabajo e implicación del grupo humano que forman la plantilla de  Hielo Norte, nuestro sello de seriedad y calidad en el  servicio nos distinguen del resto de empresas del sector.

Los orígenes de la Fábrica de Hielo Norte se remontan a los años 40 cuando, un vecino de Valencia y de origen gallego D. Arturo Silva Castro, asesorado por un cuñado suyo que regentaba un taller de refrigeración en el Levante español, decide trasladarse a Badajoz y montar una fábrica de hielo, debido a la demanda que existía en la época y las altas temperaturas de nuestra localidad.

En 1948 D. Arturo Silva funda la Fábrica de Hielo Norte, el nombre de la misma en honor a su origen gallego, abriendo sus instalaciones en la C/ San Lorenzo nº13B, en pleno Casco Antigüo de Badajoz.

En esos años, el reparto de hielo se realizaba de forma manual por operarios que arrastraban carros de mano, cargados de barras de hielo y que distribuían por distintos puntos de la ciudad.

Cercana a la C/ San Lorenzo, se encuentra la C/ Brocense donde vivía un niño de nombre Ramón López García, quién a diario veía el trasiego de carros de mano cargados con barras de hielo, desconociendo en ese momento lo unido que terminaría estando al mundo del hielo.

Ramón López García siendo un niño de 12 años comenzó, junto con un amigo suyo que ya trabajaba como operario de reparto en Hielo Norte, en el reparto de barras por la ciudad  ganado algo de dinero en propinas.

En 1952 y a la edad de 14 años, Ramón López García entra formar parte de la plantilla de la Fábrica de Hielo Norte como aprendiz, siendo uno de sus primeros trabajos el llenado manual de agua de los moldes donde se fabricaban las barras de hielo. 2 años después, Ramón López pasa a la categoría de operario de reparto con un sueldo inicial  de 4 pesetas más propinas.

En estos años la plantilla de Hielo Norte constaba de 3 repartidores y otros tantos aprendices, fijos todo el año,  por la demanda diaria de hielo al no haberse extendido aún de forma masiva los frigoríficos de uso doméstico.